Al norte de la ribera del río Faraidh, en un valle rodeado de colinas y frondosos bosques, se encuentra la villa fortificada de Narán. Sus habitantes, granjeros y agricultores en su mayoría, han vivido en paz en este lugar durante mucho tiempo. El valle de Gallen, que es como se llaman las tierras de los alrededores, ha sido siempre un lugar próspero que ha permanecido ajeno a muchos de los peligros del mundo; y la verdad es que a todos les gustaría que las cosas siguieran así. Contando algunas granjas, próximas a la villa, la población es de unos cuatrocientos habitantes.